Dentro de las zonas bajas o planicies de
Sur América se destacan los Llanos Orientales de
Colombia y los Llanos Occidentales de Venezuela.
Considerándola como la cuenca hidrográfica del
río de su mismo nombre, la Orinoquia Colombiana
comprende la totalidad de los Departamentos de
Arauca, Vichada y Casanare, el Departamento del
Meta, además de la región norte del Departamento
del Guaviare y parte del Guainía. La Orinoquia
colombiana posee relaciones importantes con
regiones como la Amazonia en lo que se refiere a
los procesos de desarrollo regional y de
ocupación del espacio geográfico.
La
llanura orinoquense colombiana cobra cada día un
papel más importante en el entorno nacional e
internacional, no sólamente por las reservas de
recursos naturales como el gas y el petróleo
sino por un papel señalado ya en otros escritos
y es el de la existencia de un paisaje y
ambiente promisorio para el establecimiento de
centros de población tanto urbana como rural
agregado a la posibilidad de un desarrollo
acorde con el medio; a lo anterior se agrega el
interés y necesidad de ocupar el espacio de una
forma adecuada al medio con empresas de turismo
científico y ecológico y explotaciones
biodesarrolladas como la piscicultura, la cría
de especies nativas, la silvicultura, entre
otras.
Colombia
requiere - como país - emprender y
ser conciente de la ocupaciòn de su
espacio y de su geografía de tal forma
que las generaciones futuras amplíen
la perspectiva de la nación como un
territorio con amplias áreas bajas
tropicales. Estas visiones ya las
habían imaginado viajeros como Alexander
von Humboldt y Felipe Pérez en el
Siglo XIX y en Alfonso López Pumarejo
en 1936. Es allí donde existe el crisol
de la creación de una sociedad nueva
- proceso ya en curso - al cual hemos
estado asistiendo durante los últimos
cincuenta años del siglo XX.
Asi pues, los recursos de esfuerzos de
investigación sociológica, geográfica,
antropológica, etnológica, histórica y
etnográfica como son los que aquí se describen,
poseen un enorme potencial para ser divulgados
ampliamente de tal forma que el conocimiento
científico acumulado cumpla el papel de la
investigación científica cual es promover la
reproducción y producción del conocimiento. Para
ello el hombre orinoquense y llanero del siglo
XXI se apoderará de lo mejor de la técnica para
conocer, propagar y ampliar éste acervo social y
cultural, compartirlo con sus coterráneos y con
otras regiones del país y obviamente, del mundo.
Para ello cuenta con las redes de Internet, con
páginas en esta red mundial de comunicación, con
la creación del portal
www.orinoquiacolombia.org, con la fibra óptica,
los sistemas de CD ROM, scanner, los
computadores personales con sistemas de
información en red (Novel por ejemplo), para no
citar sino unas pocas herramientas de los
recientes avances técnicos.
El papel que pueden cumplir propuestas
como la que aquí presenta este escrito en el
entorno cívico, comunitario, académico
universitario y escolar de la región y del país
es a todas luces promisorio; la creación y
desarrollo de centros de investigación y de
divulgación forma parte del conocimiento
integral que deben recibir los alumnos de
primaria y secundaria, elementos que tambien le
dan el adecuado apoyo a la formación y
actualización de los docentes, tanto de éstos
establecimientos como de los centros
universitarios.
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